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Hotel los Ángeles, el lugar perfecto para trabajar

Hotel los Ángeles, el lugar perfecto para trabajar

Asociamos el Hotel Los Ángeles al destino perfecto para hacer una breve escapada o tomarnos unos días de vacaciones. Pero también es un perfecto lugar de trabajo. Cada vez son más las empresas que saben de la importancia de formar y motivar a sus trabajadores con sesiones en las que combinar instrucción y relax.

La motivación es un poderoso aliciente para mejorar, por eso no es mismo proponer un esfuerzo extra – pongamos un par de días de formación intensiva – en las instalaciones de la empresa, que hacerlo aquí.

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Empresarios de la hostelería y el turismo en una jornada de trabajo en el Hotel Los Ángeles.

Cada vez son más las empresas que saben de la importancia de formar y motivar a sus trabajadores con sesiones en las que combinar instrucción y relax

Las sonrisas de los compañeros de buena mañana en el bufé del desayuno, ya nos transmiten la predisposición a mantener una actitud proactiva hacia la inminente sesión de trabajo. Hay que madrugar, sí, pero aquí es diferente. En el descanso del almuerzo -«veinte minutos de reloj», advierte la conferenciante, aunque nos confiesa que retomarán la formación en media hora- da para tomar un café y acercarse a la orilla del mar.

Parece increíble que una sesión de trabajo siente tan bien. Miradas y comentarios de complicidad de vuelta a la sala de reuniones, al paso por el restaurante. Los más avispados han consultado la web para conocer la oferta gastronómica del hotel y al equipo que la respalda, y anticipan el ágape de las 14:30h.

Inmejorable ambiente el que reina en la sobremesa, y bromas a los jefes sobre una posible ampliación de la formación para posteriores citas. Qué importante el tiempo para relacionarse fuera del estricto horario de trabajo, hablar de temas personales y comprobar que las inquietudes e ilusiones son tan parecidas. Y toca cargar de nuevo con los portátiles y blocs de notas para la sesión de la tarde.

Cuatro horas intensas -ahora el descanso sí es de veinte minutos- que se aceptan de buen grado porque hay premio final: una barbacoa en la terraza para disfrutar del final del día y sustituir la ropa de trabajo por otra más informal o más arreglada, que sobre gustos…

Anochece y camino de la habitación, la sensación es de que han pasado mucho más que unas horas, que más allá de la formación, se instala la visión de trabajar en equipo para seguir siendo competitivos.

Lástima que no ha dado tiempo a sacarle partido al spa y al gimnasio. Pero quién sabe; los objetivos que se han marcado para la próxima etapa son ambiciosos pero alcanzables. Y merecerán un premio. 😉

 

 

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