Parece que el azar se hubiera puesto de acuerdo con el nombre. El vial que conduce a la playa, el que se encuentra junto a la pista de tenis del Hotel Los Ángeles de Dénia, se llama Calle del Rascló. En Dénia los abuelos y las abuelas han llamado «rasclons» a aquellos niños que son inquietos, pequeños y juguetones. Las comparaciones que establece la cultura popular son la mar de divertidas y no por ello menos ciertas. En valenciano «rascló» es el nombre de un pájaro de río o marjal que corretea rápido por tierra (Rascón – Rallus aquaticus). Es un animal inquieto y que no para de hurgar en el agua para comer, al mismo tiempo que es muy ruidoso. Así que la comparación de nuestros ancestros no puede ser más que correcta.
En el hotel nos encanta ver a esos pequeños «rasclons» construir castillos de arena en la playa. Nos entusiasma contemplar como vuelan las cometas por Pascua o como cocinan esos fabulosos pasteles de algas y conchas. Somos un hotel de «rasclons». Y lo somos doblemente: por los niños que nos visitan y también porque estas fantásticas aves habitan el cercano parque natural del Marjal de Pego-Oliva.
¡Que bella es la naturaleza!
