Las palmeras del jardín, nevadas. Heladas y blancas, como las sombrillas de la piscina y la cubierta de la pérgola que mira al mar. Nos quedamos atónitos. Maravillados. Porque en Dénia, ver nevar sobre el mar es algo que puede ocurrir cada… ¿34 años?
Desde 1983 no nos regalaba el cielo una fiesta así. Corrían entonces por las calles los niños, salían entusiasmados de casa cuando uno de ellos bautizó la nieve con candor: “¡¡Es agua pura!!” No hubo clase aquel 12 de febrero. Como tampoco el pasado 18 de enero. Los niños son otros, la inocencia es la misma. Entrega incondicional para hacerse fotos, crear un modesto muñeco de nieve sobre la arena de la playa de las Marinas o ser diana voluntaria de los proyectiles inofensivos. Ni la mañana de Reyes los vimos tan eufóricos. Los más decididos, de excursión al Montgó para explorarlo con una nueva mirada. Y nuevas sensaciones. Como las nuestras al recorrer el Hotel Los Ángeles y deleitarnos con su encanto de postal nevada.
El miércoles iba a ser uno más. Y fue tan diferente. ¡Gracias, cielo! Y… ¿Se podría repetir antes del 2051?
(Fotos: Equipo del Hotel Los Ángeles y Lupe Fronteriz)
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