No siempre fue así pero en Dénia, en la Marina Alta en general, nos hemos acostumbrado a marcar en el mapa meteorológico los últimos días de febrero. Son los días del frío extremo o del adiós al invierno (depende del año). Después llega marzo, y aunque puedan descender todavía las temperaturas, miramos el calendario con optimismo. Marzo es el mes de las Fallas en nuestra ciudad, la puerta que se abre a las vacaciones de Semana Santa y, claro, el optimismo y la alegría se contagian.
El calor en febrero propicia un paisaje único, con el que nos sentimos plenamente identificados. La floración de los almendros tiñe de belleza nuestros huertos de secano, las montañas del interior de la comarca, las laderas del Montgó. Es un espectáculo único. Después los agricultores viven con ansiedad la llegada de posibles heladas. Si no se prodigan la cosecha está salvada y todos contentos.
En el Hotel Los Ángeles hemos vivido la nevada de febrero de 1983, y otras tantas fuertes lluvias y escarchas, pero de un tiempo a esta parte el frío apenas se asoma por Dénia.
Febrero, para nosotros, es también el mes de reencuentro. Cada año abrimos el hotel el último fin de semana de este mes. En 2016 lo hacemos el próximo viernes 25. Así que sentimos algo especial cuando se acercan estas fechas.
Nuestra puesta de largo coincide pues con la llegada de la primavera. Así que trabajando contentos y felices solamente nos queda esperar vuestra visita.
Aquí estaremos amigos.